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"Wild Horses" de The Rolling Stones. "La cabra tira pa´l monte"

Foto del escritor: J.L.G. Profesor de guitarJ.L.G. Profesor de guitar


Audición de la grabación de Wild Horses

Corría el año 1969, un tiempo convulso y febril para The Rolling Stones. Brian Jones, el enigmático fundador de la banda, estaba sumido en un espiral de autodestrucción, mientras Mick Jagger y Keith Richards trataban de mantener la esencia del grupo en medio del caos. Fue en ese contexto que nació Wild Horses, una de las mejores baladas de The Rolling Stones, con una melancolía embriagadora y una letra emotiva que encapsuló la esencia de una banda al filo del abismo y de un amor que se resiste a desaparecer.


Keith Richards solía decir que algunas canciones llegan sin previo aviso, como si estuvieran destinadas a ser escritas. Así ocurrió con Wild Horses. Según cuenta la historia, Richards compuso la base de la canción una noche en su casa de Redlands, mientras su hijo Marlon, un bebé en ese entonces, dormía a su lado. En un arranque de ternura, murmuró: "Wild horses couldn’t drag me away" ("Ni los caballos salvajes podrían arrastrarme lejos"). Era un reflejo de su miedo a la separación y de la profunda conexión que sentía con su hijo.


Marianne Faith full fondo rosa
Marianne Faithfull

¿Un Adiós a Marianne Faithfull?


Por aquel entonces, Mick Jagger vivía un romance tempestuoso con Marianne Faithfull, la cantante y musa que había iluminado su vida y al mismo tiempo la había sumido en sombras. Se dice que la letra de Wild Horses es, en parte, una despedida melancólica a Marianne, quien en 1969 sufrió una sobredosis que casi le costó la vida. En el hospital, tras despertar de un coma, sus primeras palabras fueron: "Wild horses couldn’t drag me away". Esta frase, que encapsulaba su amor por Jagger y su fragilidad, quedó inmortalizada en la canción.

Sin embargo, Jagger ha dicho en más de una ocasión que la letra no habla sobre Faithfull, sino sobre su propia sensación de atrapamiento en la fama y en una vida que a veces se sentía demasiado pesada para soportar. La ambigüedad es parte del hechizo de la canción.



muscle shoals sound studio
Muscle Shoals sound Studio

La Grabación de "Wild Horses": De Muscle Shoals al Corazón de los Rolling


La versión original de Wild Horses fue grabada en los legendarios Muscle Shoals Sound Studios en Alabama, en diciembre de 1969, durante una de las sesiones más emblemáticas de la banda. La atmósfera del estudio, impregnada de soul y blues sureño, imprimió a la canción una calidez especial. Con Mick Taylor en la guitarra, Keith Richards en la acústica y Mick Jagger dejando su corazón en la interpretación, la canción tomó forma.

La grabación, sin embargo, no estuvo exenta de dificultades. Según Keith Richards, la canción tenía un ritmo complejo, y encontrar el equilibrio entre su fragilidad y su fuerza fue un reto. Pero cuando finalmente todo encajó, supieron que habían creado algo eterno.


Gram Parsons
Gram Parsons

La Versión de Gram Parsons: Un Regalo entre Amigos


Antes de que The Rolling Stones lanzaran la canción en su álbum Sticky Fingers de 1971, le dieron el tema a Gram Parsons, el genio del country rock, quien grabó su propia versión con los Flying Burrito Brothers en 1970. Parsons era un amigo cercano de Richards y compartía con él una pasión por la música country, por lo que su interpretación de Wild Horses tenía un aire más puro y desgarrador.

La versión de Gram Parsons ayudó a consolidar la influencia del country en los Stones, algo que se vería reflejado en otros temas de Sticky Fingers y en su evolución musical en los años siguientes.



"Wild Horses"


Con los años, Wild Horses se ha convertido en una canción de esas que se valen por sí mismas, que trascienden incluso a su autor. La han versionado artistas de todo tipo, desde The Sundays hasta Alicia Keys, es una obra que pertenece a la humanidad entera.

Pero para The Rolling Stones, sigue siendo una de sus canciones más personales. Cuando la tocan en vivo, la voz de Mick Jagger parece cargada de recuerdos, como si cada vez que canta "Wild horses couldn’t drag me away" reviviera aquellos días en los que la escribió.

Tal vez sea eso lo que hace a Wild Horses tan especial: su honestidad desnuda, su capacidad de resonar con cualquiera que haya amado, perdido y, aun así, seguido adelante. Porque al final, ni siquiera los caballos salvajes pueden arrastrarnos lejos de quienes realmente somos.

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